El efecto que ejerce una comida en nuestro organismo varía según el tipo de alimento y la hora en que se ingiera.
Los ciclos del día y la noche, del sol y la oscuridad, generan oscilaciones en el sistema endocrino y en el sistema nervioso central. Son los llamados ritmos circadianos, que se repiten cada 24 a 25 horas. Nuestro organismo funciona en forma acoplada a esos ritmos como un sistema en dos fases:
I. La fase matutina que se inicia con el amanecer: se activa el CORTISOL (convierte proteínas en energía) y la efectividad de la INSULINA (hormona que metaboliza los azúcares y harinas).
II. La fase nocturna que se inicia con el ocaso del sol: se activa la GH (hormona que utiliza nuestra grasa de reserva como combustible).
a) Las harinas mejor en la mañana:
En las mañanas, la insulina es muy eficiente, y con una pequeña elevación conduce los azúcares a los músculos, donde estos son transformados en energía. Esto nos permite consumir una serie de alimentos altos en carbohidratos como pan, dulces, papas, galletas, etc., sin engordar. Si además, adicionamos proteínas al desayuno como leche, queso pavo etc., se controlará el hambre a lo largo del día a la vez que evitaremos que nuestros músculos se degraden y sean utilizados como combustible, esto incrementará la masa muscular.
b) Desayunar incluyendo proteinas: las proteinas aceleran el metabolismo
Las proteínas, como los derivados de la carne, pollo, pavo, pescado, queso y la leche, requieren una gran cantidad de energía para ser transformadas en combustible. Esta transformación de las proteínas en glucosa y la termogénesis que ellas inducen, incrementa el metabolismo o gasto de calórico diario, de tal forma que aún comiendo mucho, nuestro metabolismo energético superará el consumo de calorías.
Esta aceleración metabólica que inducen las proteínas, ocurre especialmente en las mañanas, pues en ese momento se encuentran elevados los niveles de cortisol que promueve la transformación proteínas en energía.
c) Evitar los carbohidratos en merienda y cena: las harinas frenan el adelgazamiento nocturno
La luz del sol que dirige nuestros ritmos hormonales determina que al caer la noche se eleve la hormona GH que utiliza nuestra grasa de reserva como combustible (también denominada «hormona de crecimiento»). Esta hormona se eleva al anochecer y alcanza su máxima secreción a la medianoche. Además de estimular el crecimiento en los niños, esta hormona moviliza nuestros depósitos de grasa durante el sueño nocturno.
El diseño hormonal que promueve el que la grasa del abdomen y de las piernas se movilice durante el sueño nocturno, se podría alterar por el consumo de azucares o carbohidratos en la cena.
Las harinas en las horas nocturnas, frenan la acción de la GH, y esa noche la grasa no se moviliza, perdiéndose así el adelgazamiento nocturno.
Adicionalmente, las galletas, panes, cereales, arepas, etc., ingeridas en la noche, son convertidas más en grasa que en energía pues ya al atardecer la insulina es poco eficiente y en vez de conducir el azúcar proveniente de las harinas hacia los músculos, lo lleva hacia el tejido adiposo. Es decir, que al comer carbohidratos en la noche, no solo que perdemos el adelgazamiento nocturno sino que hasta podemos subir de peso.
Los exagerados picos de insulina que inducen los azucares o harinas ingeridas de noche son, además, responsables del aumento de triglicéridos y del incremento de la presión arterial que aparece en la madrugada que sigue a la ingesta de harinas nocturnas.
d) El ejercicio físico, mejor en la tarde:
Al atardecer en cambio el riesgo cardiovascular es mínimo, la eficiencia muscular máxima y las hormonas que utilizarán grasa de reserva comienzan a elevarse. Así pues al atardecer, utilizaremos nuestra reserva grasa para la caminata, sin detrimento de nuestros tejidos
e) Si no duermes no adelgazas:
La GH asciende en la oscuridad de la noche, pero es cuando nos quedamos dormidos, cuando este ascenso se hace realmente significativo. La máxima elevación de la GH ocurre en las primeras dos horas del sueño nocturno, así tenemos que el pico de la secreción de GH es alrededor de la medianoche y la una de la madrugada. En esos momentos la GH estimula la movilización de la grasa de reserva y comienza así el adelgazamiento nocturno.
Los que se duermen después de la una de la madrugada, muestran también una elevación de la GH pero esta es significativamente menor y por ello adelgazan menos. Los que no duermen en la noche, ya sea por que sufren de insomnio o por que tienen un trabajo nocturno, no muestran ninguna elevación de la GH y al menos esa noche no adelgazan nada.
Estos datos han sido sacados de: http://www.dietacircadiana.com/
A nivel personal, me fue muy bien la dieta que encontré en el foro mundorecetas, llamada Pautas de Bellablanca, pues siguen al pie de la letra las pautas mencionadas anteriormente, y sé que es más práctico tener clara la dieta que sólo dar unas pautas a seguir, pues puede quedarse como una información con la cual no saber muy bien qué hacer. El enlace siguiente te reenvía directamente a las pautas de Bellablanca, en MR:
http://www.mundorecetas.com/8/viewtopic.php?f=33&t=76274
Fuente: foro lainferilidad.com. mundorecetas.com y aportación propia.